sábado, 5 de abril de 2008

Curro Romero ¡Artista!

Tu, Curro Romero, que te ganaste la vida maltratando animales, que al grito del vulgo pidiendo más sangre respondiste con un ¡oleee!. Tenías delante un animal, drogado antes de salir al ruedo, con vaselina en los ojos para que vea borroso y ataque a lo que es mas chillón (el capote), pinchado repetidas veces, rendido, sufriendo... le clavas una espada en la columna y el bicho se remueve con un último espasmo hasta caer al suelo muerto... Si el vulgo quiere, si considera que la tortura ha sido bastante, te da permiso para mutilar el cadáver del animal.

Ahora tu, Curro Romero, eres considerado artista y toda la tortura que has repartido, toda la sangre derramada, es la pintura con la que hiciste tu obra, que ahora es reconocida, y que habla de que a los españoles la tortura a animales les parece un arte, y ¡olé!. País de pandereta, sol y playa, donde los europeos vienen a divertirse y nos ven como lo que somos: una subcultura.

Dentro de poco a Farruquito se le dará el premio especial del "arte en la carretera", un Goya lo ganará cualquier vídeo de móvil donde un adolescente agrede a otro y se ríe. También puede entrar en la RAE el que más comprima los mensajes de móvil. Y que los aluniceros tengan 16 puntos en el carnet, que a fin de cuentas, usan el coche para trabajar...

Tenemos fama de pandereta, toros, fiesta, bebida y de ser poco más que subnormales ante los ojos de medio mundo. Y bien merecida fama que tenemos...

1 comentario:

Faile dijo...

Cuando el sadismo puro y duro se confunde con el arte es que hay algo que anda muy mal en la sociedad española.

No nos engañemos, no hay nobleza alguna ni valor en atormentar a un animal que, por muchos kilos que pese y muy impresionante que pueda parecer su cornamenta, no deja de ser un simple rumiante, un herbívoro no demasiado inteligente ni mucho menos violento que se limita a hacer lo que sus criadores le enseñaron: embestir un señuelo en movimiento. Esa era una de las cosas de las que se vanagloriaba uno de esos "entendidos del mundillo": "el toro no nace sabiendo embestir, hay que enseñarle". Y vaya si lo hacen, acosando al joven ternero con picas mientras se refugian en la seguridad que les confiere la altura de sus caballos mientras esa pequeña criatura se revuelca una y otra vez por el suelo hasta que aprende a hacer aquello que sus amantes cuidadores desean, dar el pego como animal fiero y violento dispuesto a atacar al ser humano. Nadie daría un duro por ver como aguijonean y mutilan a un animal pacífico que no se defiende y sólo sabe chillar de dolor y miedo, seguramente causaría el mismo o incluso más placer en ese público pero jamás lo admitirían de cara al resto de la población.

No es arte martirizar a un animal aterrado, drogado, desorientado y maltratado que sólo trata de buscar una vía de escape. No hay valor en plantarse ante un rumiante previamente preparado para minimizar sus posibilidades de reacción (se les llega incluso a cortar alguno de los tendones del cuello para impedirles alzar demasiado la cabeza y poner en apuros al "valeroso" matador) y rodeado de una cuadrilla de matarifes sin escrúpulos atentos a la mínima señal para socorrer a su camarada. No hay honor en el sufrimiento y la muerte de un animal que ni siquiera entiende lo que ocurre ni quién es el causante de su agonía.

Aquellos que se ganan la vida provocando dolor y muerte a inocentes no sólo no merecen el más mínimo reconocimiento, sino que deberían ser repudiados y alejados de una sociedad culta, civilizada y moderna done este tipo de actos no tienen cabida. Y qué decir de aquellos que jalean a estos especímenes satisfaciendo así su ansia de sangre y muerte (ajenas); no es sino una vía de escape para desahogar su sadismo y perversión sobre criaturas sin posibilidad de defenderse en lugar de contra sus propios semejantes capaces de responder a su ataque.

Una de las frases del "artista" del que trata la noticia me ha puesto la piel de gallina: "entiendo el toreo como una caricia". No quiero ni imaginar las "caricias" que debe dispensar a sus mujeres cuando despiertan su vena "torera".