lunes, 19 de noviembre de 2007

Preguntarse de vez en cuando ¿para qué?

Buenas gente, tan absorbido ando con mis cosas que me olvido de mi querido blog XD. Pero bueno, ahora estoy en una racha de trabajar más, así que no puedo estar a estas cositas tanto como querría...

A lo mejor alguno se esperaba un tema del "¿por qué no te callas?" famoso, pero eso es tema político y de eso no empezaré a hablar hasta principios de año (que tiene tela... mucha tela). Además, la sentencia de 6000€ de multa a la revista "El Jueves" me desanima totalmente a hablar de la corona y demás, que yo no tengo 6000€ ni de donde sacarlos.

Pues el tema lo dice todo, y si no, yo me explico. El mundo se mueve, y no me refiero al rededor del sol o sobre sí mismo, la gente avanza la sociedad progresa de manera vertiginosa y vamos tan rápidos en nuestro avance que ya no sabemos ni a donde vamos. Es necesario que nos paremos de cuando en cuando a descansar y veamos para qué se hacen las cosas. Actualmente se ven ciertos comportamientos que han perdido toda la perspectiva de sus orígenes, y se hacen así porque se ha hecho siempre o por "tradición" como si eso lo justificara todo. Pero nadie sabe por qué se empezaron a hacer las cosas así, y no vemos que ciertas acciones o formas de hacer las cosas tienen fecha de caducidad, y que no tiene sentido seguir haciéndolo de esa manera. Hablo de forma general, porque prácticamente todo se puede analizar por ese rasero, y descubriríamos mil cosas sin sentido que hay en la actualidad. Este ejercicio de análisis tal vez nos ayude a ver donde queremos llegar... que debe ser un sitio importante, porque nos damos mucha prisa.

La verdad es que este tema se puede resumir en ese párrafo de arriba, simplemente reivindico lo importante que es pararse a pensar sobre las cosas que se hacen, y si tiene sentido seguir haciendo según que cosas. A lo mejor con la manera de actuar actual no se consiguen los objetivos que se pretenden conseguir, y es necesario cambiar de rumbo, por mucho que se diga que "toda la vida se ha hecho así". Como esto parece un trabalenguas casi, pues mejor pongo algún ejemplo, que como se suele decir "para muestra un botón".

Las huelgas en la RENFE (cercanías principalmente): ¿tiene sentido hacerlas de la manera que se hacen? pues no. ¿Han conseguido los maquinistas sus reivindicaciones? No, pues a lo mejor no es el proceder a seguir hacer huelgas de no trabajar. A RENFE le viene bien, la gente que usa el cercanías es esclava del mismo, y no tiene mas remedio que usarlo así que: los mismos ingresos por billetes y la mitad de trenes circulando, con lo que hay menos gasto, pues le viene de perlas, mismos ingresos con reducción de gastos. Vamos, que RENFE encantada con las huelgas (legales e ilegales, que desde el 1 de octubre con "anomalías" en el servicio debido a la huelga ilegal que os estáis marcando), y los maquinistas no consiguen lo que quieren y son odiados por todo el mundo por andar fastidiando siempre al usuario. Que, por cierto, maquinistas de cercanías, os merecéis cobrar el salario mínimo y nada más, porque sois trabajadores, pero no profesionales.

El segundo ejemplo de esta pérdida de perspectiva viene por la justicia a nivel mundial. Se preocupan tanto los políticos por promover leyes que quedan bien pero no se cumplen, y los abogados se preocupan tanto de defender la postura de su cliente buscando tecnicismos y huecos para salvarle que no le importa si es culpable o no. ¿Qué tiene que hacer la justicia? hacer cumplir unas leyes que (al menos en teoría) están pensadas para mejorar y guiar nuestro comportamiento en sociedad, porque no estamos solos ni podemos hacer lo que nos de la gana. ¿Qué pasa si eso no se cumple? la justicia tiene la obligación, primero, de proteger al resto de la sociedad del ... "elemento discordante" y luego de intentar corregir a dicho elemento. ¿por qué, entonces, hay gente que sale libre siendo culpable? ¿o gente que sale de la cárcel sin estar rehabilitada? porque se pierde tanto tiempo en las formas y en intentar tabularlo todo que se ha perdido de vista el para qué de la justicia.

Esto son sólo un par de ejemplos, bastante evidentes, de la actualidad. Debemos pararnos a pensar para qué hacemos las cosas, y si no encontramos respuesta (o más bien, si vemos que así no conseguimos nada) pues ver como podemos cambiar lo que hacemos para conseguir lo que queremos. Que si no estaremos gastando energías inútilmente, y luego Green Peace se nos echa encima por no ahorrar y colaborar con el calentamiento global.

1 comentario:

Faile dijo...

¿Y para qué molestarse? XD Es mucho más cómodo seguir haciendo las cosas maquinalmente, sin pararse a replantearse si son mejorables o necesarias, eso implica esfuerzo aunque este sea únicamente intelectual, que no es poco.

Además, en el hipotético caso de que alguien se tomara la molestia de pensar detenidamente en ello y llegara a la conclusión de que hoy por hoy las formas en que se hacen las cosas ya no son prácticas se toparía con un muro casi infranqueable: el resto de la gente. Aquello de más vale malo conocido que bueno por conocer está más que extendido entre el respetable público, que suele ser más que reticente a cambiar sus viejos hábitos aun cuando se le demuestre claramente los beneficios del cambio.

Lo más chocante del tema, y al mismo tiempo mas escalofriante, es que cuando al fin se producen los cambios no suele ser a raíz de la opinión de personas versadas en el tema, especialistas en sus respectivos campos, sino de mano de personajes "populares" más conocidos pos sus apariciones en el cine, la televisión o la presa rosa que por su conocimiento sobre lo que hablan. El poder que estas personas ejercen sobre la opinión pública y su capacidad para hacerlas recapacitar y plantearse cosas sobre las que nunca se habían parado a pensar, pues se las tiene por algo tan normal y cotidiano que ni merecían su atención, es una de esas cosas sobre las que deberíamos meditar más a fondo.

Nos hemos vuelto demasiado cómodos. En general la vida se ha vuelto tan rutinaria y es tan sencillo alcanzar prácticamente cualquier cosa con una simple llamada o click de ratón que hemos aparcado esa curiosidad que nos caracteriza. Hemos desterrado casi por completo cualquier pregunta o pensamiento perturbador que pueda importunar nuestra tranquila y rutinaria vida, desviarnos del camino previamente trazado por incontables años de repetición y en definitiva incordiarnos y hacernos cambiar nuestra forma de ver la vida, de relacionarnos, de ser.

Nos asusta el cambio, aunque este pueda ser a mejor, pero sobre todo nos da pereza y nos avergüenza desviarnos de la forma mayoritaria de pensar en nuestra comunidad, no vayan a considerarnos bichos raros o revolucionarios y dejemos de ser "uno más del montón".