domingo, 9 de septiembre de 2007

Ya se acabó el veranito...


Buenas a todos, las obligaciones con los estudios me mantienen apartado del blog, pero consigo hacer hueco para poder actualizar de cuando en cuando, aunque los temas sean mas flojillos. Al menos sabemos que ésto no ha muerto no, algo es algo XD.

Ya vimos que el verano es una época peculiar de vacaciones, donde pasan cosas que solo pasan... en verano. Pero el final de verano es también bastante peculiar. El verano son las vacaciones más largas que se tienen (de 15 a 1 mes, 3 meses si eres profesor o similar) y una vuelta a la normalidad tras un periodo tan largo de playas y descanso en general puede afectar a la gente y crear ciertas situaciones que sólo se dan al volver de las vacaciones del verano. No hablo del "síndrome post-vacacional" pues eso es un invento de los psicólogos para tener una escusa que suene bien para cobrar mas a los que les cuesta reincorporarse al trabajo.

Para colmo de males, si ya es malo volver después de tanto descanso, encima vienen cambios: nuevos cursos, nuevas políticas de empresa, nueva programación en la televisión, nuevo "curso político"... y un largo etc... que tiene la manía de empezar después del verano, vamos, que al volver del verano parece mas bien como si llegáramos a un sitio nuevo. Realmente el fin del verano es más comienzo de año que el 1 de Enero.

Cuando eres niño esta vuelta es más acusada si cabe: llega la "vuelta al cole" (pero sin el corte inglés). Después de toodo un verano sin dar un palo al agua, sin hacer una cuenta, sin tener que aprenderte ríos y afluentes, vuelves al colegio a un curso superior donde te exigirán más que en el curso del que venías (bueno, estoy hablando de la enseñanza de EGB, BUP y COU, de la ESO mejor ni hablar XD) y volverás a encontrarte con aquel profesor que te decía "el año que viene no te va a ser tan fácil aprobar". Nuevas materias, nuevos libros, a tus amigos les mandan a otro grupo y les ves en los recreos y con suerte, es lo que suele pasar.

Por si un inocente escolar no tuviera bastante con ésto, también le toca el reencuentro con los compañeros. Esta parte es fácil si es un niño pequeño, ves a tus amiguitos de siempre y les cuentas lo que mola jugar con las olas y la de helados que te has comido. Pero si se está en la difícil etapa de la adolescencia la cosa se complica. La vuelta después del verano puede dar la sensación de que hace años que no ves a tus compañeros. La niña a la que en julio le tirabas de las coletas, ahora te dan ganas de tirarle los tejos, el "taponcete" de la clase te saca una cabeza, y el "modosito" se viste de manera muy rara peinándose como si quisiera hacerse un cenicero en la cabeza. Además todo el mundo se sorprende al oír tu voz ronca y no paran de mirar esos pelos negros que salen debajo de la nariz. Es curioso, pero esos cambios sólo pasan en verano.

Además, se acaba el "hechizo del verano" y las amistades veraniegas, esas eternas para toda la vida que conoces en la playa, se quedan en poco más que unos simples conocidos, por supuesto el amor tan especial del verano se queda en un simple ligue, a no ser que te pase como a John Travolta en grease XD. Que ese es otro punto, si te vas de vacaciones con amigos, los sentimientos se agrandan y pueden suceder cosas inesperadas con tus amigos de toda la vida, pero a la vuelta de vacaciones todo vuelve a la normalidad.

Más cosas se acaban cuando acaba el verano: las series de la televisión, por ejemplo. Las cadenas rellenan su programación en la época más floja con reposiciones o series que no pondrían en otras circunstancias. Cuando se acaba el verano, eso se termina, da igual que las series que ponen en verano no se hayan acabado, y da igual que dejen a sus seguidores sin saber como se acaban, eso era del verano, ahora toca reponer los viejos programas, las nuevas temporadas de series y dejar con las ganas a los que se enganchan a las series veraniegas.

En lo que se refiere la vuelta al trabajo, pues viene a ser como la vuelta al cole, sólo que te pagan por ir. El jefe suele volver inspirado, e intenta imponer un nuevo orden en la empresa o en el departamento para renovar todo lo que pueda y hacerse notorio e inmensamente rico en poco tiempo. El problema es que las ideas fraguadas a golpe de cerveza en una hamaca de la playa no suelen ser muy buenas. Y los empleados no tienen más remedio que hacer caso de las ideas del jefe y trabajar de manera ridícula durante unos meses, hasta que se le pase la euforia al jefe y todo vuelva a su sitio.

Todo esto supone un gran shock, y cuesta unos días acostumbrarse, pero si te pilla en estado de sorpresa y sobresalto un psiquiatra, te dirá que lo que tienes es "síndrome post-vacacional" y te cobrará a 30€ la hora de sesión. Buena manera de hacer frente a los gastos de la vuelta de vacaciones XD.

Hay una raza especial de personas que es inmune a este efecto de la vuelta de vacaciones: los universitarios. Básicamente porque gracias a los exámenes de septiembre no tienen vacaciones, y claro, no se puede volver de algo que no se ha tenido XD. A los que trabajan en verano les pasa los mismo, pero éstos además disfrutan con la vuelta al trabajo de sus compañeros, viendo como les afecta el contraste playa/trabajo.

Bueno, supongo que cada cual tiene sus pequeñas anécdotas de la vuelta del verano, y cosas nuevas a las que ha tenido que acostumbrarse, y si os animáis a contarlas, tanto mejor ;)

En lo que al blog se refiere, tengo ideas para un par de entradas más, que aun tienen que desarrollarse un poco en mi cabecita, y en esta época de tanto trabajo me constará, pero bueno, ésto sigue en marcha :D

1 comentario:

Faile dijo...

¿Vacaciones? ¿Verano? ¿Qué es eso? XD Desde que empecé la universidad el verano no es sino una continuación de la época preexámenes, o mejor dicho, la época en la que hacer todo el trabajo que no me dio la gana o no saqué durante el curso :P

Pero no todo es estudiar, también tiene una gran parte positiva... Me quedo sola en casa y me libro de volver a verme atrapada en un pueblo sin más que hacer que bailar Paquito el Chocolatero en la plaza XD

Pasar el verano en la ciudad no es tan malo como la gente suele imaginarse. Sí es cierto que hace muchooo calor (bueno este verano no tanto, ya se sabe el hombre remodela hasta el clima a su gusto y la operación Cambio Climático nos ha dado un veranito más bien fresco y soportable...), pero también hay muchas ventajas: puedes escoger asiento en el transporte público (aunque baja la frecuencia de metros, autobuses y trenes), las calles suelen estar menos colapsadas de viandantes (están todos en los centros comerciales disfrutando del aire acondicionado), menos tráfico en carretera (los coches se necesitan en los atascos de las operaciones salida y retorno, que si no las noticias se quedan sin nada interesante que contar)...

Pero lo mejor es cuando todos vuelven con las caras largas porque se han acabado sus vacaciones y les toca volver a currar y yo me largo a disfrutar de las mías :P En septiembre cuando el grueso de los vacacioneros vueven a la rutina y las playas se quedan casi vacías, los precios son más bajos hasta en los supermercados, el tiempo es más agradable y fresco... Vamos una gozada :D

Peor lo mejor de ir de vacaciones en septiembre es el poder relajarse después de los tan temidos exámenes, sin preocuparse de lo que aun queda por estudiar y que el tiempo se acaba y acumular energías de cara a un nuevo y más exigente curso.

Cada vez me queda menos :D